lunes, 23 de mayo de 2011

DON BLAS Y EL INGENIERO VELÁSQUEZ.


DON BLAS Y EL INGENIERO VELÁSQUEZ.
ANTECEDENTES.
Rodamientos Automotrices, S.A.,  es una industria con la licencia para usar y producir valores y otros rodamientos con la marca japonesa para la industria automotriz. Se estableció en 1969 en Juriquilla, Querétaro. Su capital social es de 100 millones de pesos. Cuenta con 700 trabajadores en dos turnos, lo que incluye al personal directivo y administrativo, así como a la fuerza de ventas.
Su producción está destinada básicamente a refaccionarias automotrices y fabricantes de autopartes. Su sistema de producción consiste en procesos semis automatizados y un estricto control de calidad tanto en insumos como del producto terminado, y desde hace tiempo tienen planeado integrar controles de calidad en todas las fases de sus procesos.
ESCENARIO.
En una de las juntas que se realizan los lunes de cada semana, el ingeniero Velásquez, egresado de un prestigioso Tecnológico, y a la sazón de cinco años de antigüedad en la empresa y que la dirigía en su carácter de superintendente de procesos, vehementemente señalaba que no se debían seguir usando las pinzas hechizas en el ensamble de los baleros, ya que para eso la compañía japonesa licenciadora había diseñado la herramienta denominada “ostra”. Informo a su vez  que don Blas uno de los obreros más antiguos de la empresa, creativo y carismático, había sido despedido el viernes anterior por no obedecer a la autoridad; despido del cual todos los obreros de la planta ya tenían conocimiento.
Don Blas era precisamente quien había diseñado las pinzas hechizas en una ocasión en la cual no había “ostras” (pinzas) disponibles en buenas condiciones, y las nuevas estaban en camino desde Japón. Las pinzas hechizas llegaron a ser conocidas como “chatas” en el argot secreto de los operarios. Lo cual les permitía usarlas a escondidas, ya que su utilización cotidiana se hacía a pesar de la prohibición del ingeniero Velásquez. Los obreros preferían trabajar con las pinzas hechizas porque con ellas podían efectuar en menor tiempo las operaciones que se hacían con esa herramienta.
Entre los trabajadores corría el rumor de que don Blas había retado al ingeniero Velásquez al asegurarle que su diseño era mejor que el japonés porque permitía ahorro de tiempo en el proceso y con ello ganaría mas la empresa; y que por envidia del ingeniero no se aceptaba su mejor a las pinzas tipo “ostra”, ya que permitirían que los obreros ganasen más dinero al lograr producir mayor cantidad de piezas por turno, pues en el contrato de trabajo se estipulaba un incentivo económico por volúmenes de producción individual superiores al estándar. Sin embargo, esto era simplemente un rumor pues don Blas nunca había dicho eso, y fue despedido incluso solo por ser el supervisor en un proceso donde los obreros las utilizaban a escondidas. El mismo no las había utilizado desde el día de la orden. Sin embargo, el prefirió callar que enfrentarse con el jefe.

Lo que si sostenía abiertamente a favor de sus pinzas es que las “ostras” habían sido diseñadas para trabajar con aceros extranjeros cuyo tipo no se producen en nuestro país y que, en última instancia, hasta donde el tenia conocimiento, no se había presentado el caso de devoluciones por partes de los clientes de ningún balero que se habían procesado con ellas. Mismo que podían ser fácilmente identificados por su número de serie.
Se supo que don Blas, antes de retirarse de la empresa sumamente inconforme con su despido, había manifestado que demandaría su reinstalación ante la junta de conciliación y arbitraje.
Juan Pérez, empleado con las de diecisiete años de servicio en la empresa y nuevo supervisor del mismo proceso en el cual trabajaba don Blas, consideraba el despido como una injusticia. Juanillo, como le decían sus amigos, ejercía un alto grado de autoridad moral entre los trabajadores debido a su carisma y destreza manual, tampoco le parecían validas las razones  sostenidas por el ingeniero Velásquez en cuanto a que el control “científico”, como le decía el ingeniero, era norma incuestionable que debía de seguirse al pie de la letra.
Juanillo se atrevió a decirle al ingeniero Velásquez que ellos podían demostrar a la empresa que eran mejores las piezas ensambladas con las pinzas hechizas que las que se ensamblan con las pinzas “ostras” japonesas, , por lo que el despido de don Blas no se justificaba, y que sin ultima instancia caía la producción no sería culpa de los trabajadores, ya que, como afirmaba don Blas, las “ostras” fueron hechas para aceros japoneses y era mas tardado hacer los cortes con ellas. Muy molesto el ingeniero Velásquez contesto que, de acuerdo con la ley federal del trabajo vigente en nuestro país, es potestad de la empresa fijar los métodos y procedimientos de producción, y que en la facción XI del artículo 47 de dicha ley se señala como una causal de rescisión del contrato laboral, sin responsabilidad patronal, “desobedecer el trabajado al patrón o su representante, siempre que se trate del trabajo contratado”. Por lo tanto, si algún trabajador de Rodamientos Automotrices S.A., no acepta la decisión, será despedido como don Blas.
Después de lo dicho el ingeniero Velásquez se dirigió a la concurrencia recordándoles que el trabajo es fuente de autorrealización, y que si una empresa desea lograr producción con calidad debe respetar las normas de fabricación, además de que si obtiene la licencia se debe respetar la norma, ya que del contrario se perdería.
Uno de los empleados declaro “¡El despido de don Blas no tuvo causa justificada! lo único que el buscaba era sacar la producción, porque el dinero que se da como incentivo francamente no vale la pena. Cuando le conviene, la empresa si permite que se usen las pinzas hechizas, como cuando no hay “ostras”; considero que la regla debe de ser pareja”.
El ingeniero Velásquez contesto:”esa es una facultad discrecional de la empresa, nosotros mandamos ustedes obedecen”, y procedió a retirarse. Una vez de espaldas y casi al alcanzar la puerta, se oyó un chiflido anónimo, ante el cual el ingeniero indico a juan que lo acompañara su oficina.
Al llegar a esta, el ingeniero amenazo a Juan diciéndole que si seguía de líder de los trabajadores correría la misma suerte que don Blas. Juan respondió:”no tengo la culpa de que los muchachos me sigan. Si no se puede hablar en las juntas, ¿par que venimos? Mejor díganos todo por escrito, y tampoco entiendo para que viniera el señor a dar el curso de calidad total para certificación ISO 9000-2000”. Dicho eso, se retiro diciéndole que si corría la misma suerte que don Blas, le notificaría la causa con bases solidas.

Te invitamos a que reflexiones un poco al respecto y contestes las siguientes preguntas:
1.- COMO DIRECTOR DE LA EMPRESA, ¿QUÉ  HARÍAS EN ESTE CASO?
R: Primero, dar detalladamente los cursos de calidad total, para que todos los obreros tengan presentes que tan importante es para la empresa ese certificado,  y si fuera posible 1 vez al mes hacer esos cursos, para involucrarlos más y vean lo valioso que es también para ellos el trabajar con calidad total y al mismo tiempo con mayor seguridad. Segundo, tener las reuniones necesarias con los supervisores de cada proceso para saber cuáles son las inconformidades de todos los obreros y resolverlos de la mejor manera. Tercero, dar a conocer mediante a escritos las nuevas formas de trabajos y cambios en los procesos, con firmas de recibido por cada supervisor para evitar la mala comunicación.
Aprovechar a las personas que mayor creatividad en el proceso dándoles los detalles del ISO 9000-2000 para que cualquier modificación a las maquinarias o procesos vaya apegado a este certificado y evitar sanciones.

2.- ¿La creatividad del personal se verá afectada por la decisión de despedir a don Blas?
R: La creatividad no, la iniciativa tal vez,  con el miedo de desarrollar nuevas herramientas de trabajo para mejorar el proceso fuera de las normas, es necesario darles la confianza necesaria pero también todas las bases para que lo que puedan crear sea de acuerdo a las normas ya establecidas por la empresa.

3.- ¿Le falto creatividad y liderazgo al supervisor?
R: Las dos cosas son de suma importancia para ser un verdadero líder, en este caso le falto creatividad, liderazgo ya lo tiene para bien o para mal la gente lo sigue por su carácter,  al tener un jefe inmediato tienes que estar bien con el y ser el mediador entre tus obreros y tu jefe, así que tacto le habrá faltado para no ponerse a nadie en contra, puesto que los dos lados son peligrosos para su puesto.

4.- ¿Las licencias y las franquicias pueden llegar a eliminar la creatividad en el personal?
R: Todo aquello que atente al intelecto de las personas puede perjudicarlos, como el hecho de automatizar todos los procesos, los hace personas no pensantes, pero las empresas tienen que tener ese control de calidad que muchas veces a la vista humana es imperceptible. Lo que las empresas pueden hacer con su personal es hacer que interactúen, que aporten ideas basándose en las normatividades.

5.- ¿Qué función tienen las reglas y los estándares de producción de calidad?
R: Homogenizar y regular los procesos de producción de acuerdo a las normas que dicten en la empresa.

6.- Don Blas ¿invento o innovo?
R: Innovar es mejorar algo que ya estaba inventado e inventar es crear algo que resuelva por primera vez un problema.
Entonces lo que don Blas hizo fue inventar.

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